El tratamiento con Plasma Rico en Plaquetas (PRP), también conocido como factores de crecimiento plaquetario, es una de las opciones más naturales y efectivas de rejuvenecimiento facial. A través de la bioestimulación celular, este procedimiento detiene el envejecimiento cutáneo y promueve una notable regeneración de la piel, logrando un rostro más luminoso, firme, con mejor textura y disminución de arrugas finas y flacidez. También mejora notablemente la apariencia de manchas, secuelas de acné, cicatrices y estrías.
Se trata de un procedimiento autólogo, lo que significa que se realiza con la propia sangre del paciente, extraída de forma indolora. Tras un proceso de centrifugado, se obtiene el Plasma Rico en Plaquetas que, al ser infiltrado con microagujas en la piel del rostro, cuello, escote o manos, activa las funciones esenciales para la reparación y regeneración celular. Esto incluye el estímulo de la división celular, la formación de nuevos vasos sanguíneos y la activación de la matriz extracelular.
El PRP es apto tanto para pacientes jóvenes como mayores, ya que su protocolo se adapta al grado de envejecimiento de cada piel. Generalmente se recomienda realizar entre dos a tres sesiones anuales para estimular la regeneración tisular, y luego repetir el tratamiento cada año para mantener los efectos. La sesión dura aproximadamente una hora y no requiere tiempo de recuperación, permitiendo retomar la rutina diaria casi de inmediato. Los primeros resultados se aprecian a los 20 días, con una piel más hidratada, elástica y radiante.
Este tratamiento es realizado únicamente por un médico, previa cita.